“En febrero Argentina licita el 5G y esa licitación va a generar un volumen de inversiones en el sector de las telecomunicaciones”, sostuvo Sergio Massa, ministro de Economía de Argentina en la Cámara de Diputados, en el marco de su defensa del proyecto de Presupuesto 2023. Y la noticia corrió como agua en la prensa local e internacional, porque confirma los trascendidos, dimes y diretes que vienen sonando hace semanas.
La promesa involucra que las telecomunicaciones será uno de los sectores que más crecerá en los próximos años, junto a los servicios del conocimiento, la agroindustria, la energía, la minería, el turismo y la construcción, a quienes el funcionario calificó como los responsables de consolidar el crecimiento económico del país. Por ello y para ello, el Ejecutivo avanza en la confirmación, a viva voz, que en los primeros meses de 2023 se progresará en dicha licitación, tantas veces esperada.
Si, entre ese listado de sectores señalados, en el país del tango y las vacas, el telco funcionará como un sector “tractor” de la inversión, en palabras del funcionario al momento de graficar la expectativa económica que la licitación despierta.
Y ante semejantes certezas, se multiplican los interrogantes: ¿Estarán pensando en una licitación con fines recaudatorios? ¿Habrán ponderado experiencias como las de Brasil, Chile o República Dominicana? Pero también otras preguntas, quizá, más urgentes: ¿Ya hay un Plan Nacional de Espectro? ¿Ya se sabe cómo se resolverá el conflicto que generó en el sector la creación del Decreto de Necesidad y Urgencia 690 (DNU690)?
“Nosotros ya hicimos nuestro trabajo que era limpiar la banda de 3,5 para poder hacer la licitación; ahora depende de otras áreas de Gobierno”, dijo hace un par de semanas Gustavo López, vicepresidente del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), y agregó que el país ya “estaría” en condiciones de hacerlo el año próximo. Lo cierto es que hace un año el país lanzó una consulta pública sobre el tema y que hace seis meses que se viene planteando el mismo escenario.
El otro gran interrogante, en relación al espectro y no menos pertinente, es el vinculado a la banda de 6GHz, que estaría en etapa de definiciones acerca de la suerte que correría esa porción de radiofrecuencias: si el uso no licenciado y explorar al máximo las dotes del Wi-Fi o si compartirlo con 5G.
Dos ejemplos cercanos, sobre la complejidad que implica tomar esta definición se observan en Chile y República Dominicana: en el primero, porque sin muchas explicaciones dio un giro inesperado a la decisión que se creía tomada; y, en el segundo, porque el regulador argumentó los pros y los contras de cada alternativa disponible y explicó cuál es la visión estratégica del país.
Lo cierto es que el tiempo apremia y tampoco falta tanto para 2023; un año que, en la Argentina, es electoral.
