El cambio de década será escenario para que 5G pase de futuro a presente en Latinoamérica

Con el brindis de fin de año a la vuelta de la esquina, la región sabe que la suma de la determinación propia y el empuje del contexto traerán como consecuencia un 2020 en que la 5G deberá pasar del dicho al hecho. La decisión parece tomada pero los resultados deberán verse en la cancha. Ya se hicieron realidad los primeros despliegues y quien no habla de la nueva generación como objetivo cercano está, por lo menos, fuera de moda.

Los gobiernos de la región están trabajando en el tema, aunque por lo general en pasos más primitivos que los que se han logrado en otras latitudes. Uno de cada seis países que avanzaron en materia de espectro para 5G es de Latinoamérica, para ser más exactos lo hicieron 11 mercados de los 71 registrados a escala global. La mayoría presentó documentos para estar listos de cara a lo que se viene, algunos pocos tienen en vista una licitación con activo compatible y son todavía menos los que ya lanzaron.

Latinoamérica debe avanzar cuanto antes en la entrega de espectro, no solo porque al momento se adjudicó a los operadores mucho menos del activo recomendado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) sino porque distintos estudios marcan que la entrega de espectro es solo uno de múltiples pasos necesarios para hacer realidad la quinta generación. Además de la adjudicación, por ejemplo, las autoridades deben trabajar en la limpieza de las bandas asignadas y dimensionar el tiempo en que los operadores puedan usarlo, advirtió 5G Americas.

También deben contemplarse cuestiones ajenas al espectro y solo algunos de los países de la región avanzaron en este sentido. Brasil es uno de ellos. Allí el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Innovación y Comunicaciones (Mctic) presentó una estrategia local que pone sobre la mesa una serie de desafíos de cara a lo que viene. Aparecen en la lista objetivos como mejorar la regulación vigente, promover la investigación y fortalecer la seguridad, al tiempo de generar un escenario propicio para las distintas verticales.

Del lado de los operadores, el mundo gira alrededor de 5G. A la fecha hay 56 lanzamientos comerciales en distintas regiones, según GSA. La mayoría de ellos se llevó a cabo en Europa Occidental, con casos confirmados en España, Finlandia, Italia y España, entre otros. También es una realidad en Australia, Rumania, Katar y Estados Unidos, para dar un ejemplo por sitio. El número de firmas que actualmente están invirtiendo en la tecnología ascendió a 342 a diciembre.

La cantidad de lanzamientos comerciales seguirá en alza y eso habilitará que aumente cada vez con más énfasis el número de conexiones 5G en todo el mundo. A la fecha se registran cuatro millones de conexiones de este tipo y para fin de año esa cifra se triplicará hasta casi 13 millones. Serán 1.300 millones para 2023, prácticamente el 13 por ciento del mercado total. El crecimiento también estará acompañado de más dispositivos compatibles y una red cada vez más robusta, que cubrirá el 65 por ciento de la población mundial para 2025.

Se espera que Brasil y México sean dos mercados clave para el desempeño tanto en despliegue como en adopción en Latinoamérica, aunque curiosamente ninguno de los dos países todavía tiene la tecnología disponible. 5G ya es una realidad en Uruguay, que presentó el servicio aunque de forma limitada, y también en Trinidad y Tobago, con el lanzamiento por parte de la pata móvil de TSTT a principios de este mes. Antes de eso, la compañía había anunciado un acuerdo con Huawei para lograr su cometido antes de que termine el año.

En otras latitudes pero dentro de la región, Chile pretende que 5G esté disponible comercialmente para 2022, el mismo plazo que acaba de poner sobre la mesa Colombia para igual objetivo. Ecuador pretende licitar espectro compatible el año próximo, lo mismo que se espera en Brasil al tiempo que en México ya se identificaron bandas compatibles. Argentina y Perú, entre otros, avanzan en etapas de planificación, con consultas públicas y reorganización de espectro como medidas preliminares.

Latinoamérica todavía está en una fase de consolidación de 4G, con una adopción que se espera llegue al 67 por ciento para 2025. La expectativa con 5G es que logre un principio de convivencia con 4G en los primeros años de la próxima década y gane en presencia hasta el ocho por ciento del total del mercado para 2025. En México se espera un 13 por ciento de adopción y en Brasil un 12 por ciento para entonces, por lo que esos países serán fundamentales para alimentar una base de suscriptores que se estima supere las 51 millones de conexiones.

Hace un tiempo se hablaba de que la región tenía herramientas para subirse a tiempo al tren 5G, como resultado de una migración que se espera más veloz que en otras transiciones y por la ventaja que representa el hecho de no ser vanguardia y poder aprender de errores ajenos en implementaciones locales. Ahora es momento de tomar las riendas y hacerse cargo de las previsiones para encontrar en la nueva generación los beneficios que promete. En el medio, hay que crear un ecosistema que lo respalde en aspectos clave como espectro, infraestructura y regulación.

Nicolás Larocca es Técnico Superior en Periodismo (TEA) y Locutor Integral (ISER). Durante su carrera profesional se desempeñó en diferentes medios radiales, digitales y en gráfica como productor de contenidos, redactor y analista. Tiene conocimientos en comunicación interna, deportes, bancos y seguros, y desde 2013 se especializa en el mercado de las telecomunicaciones a escala regional.

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